María: prototipo de mujer


por Alexandre de Hollanda Cavalcanti

María es el prototipo de mujer. El don singular que Dios hizo a la Madre del Señor testimonia el respeto del Creador por la mujer y manifiesta la consideración profunda que hay, en los designios divinos, por su papel insustituible en la historia de la humanidad1. ¡María es mujer! Es la mujer que une el Antiguo y el Nuevo Testamento. En efecto, a pesar de que su elección sólo tiene sentido bajo una perspectiva cristocéntrica, en la Escritura Ella es anunciada antes que su Hijo. En el maravilloso cántico del Magníficat, la propia Virgen Santísima utiliza expresiones que resaltan su unión con la Alianza de Israel y que se aplican al pueblo elegido. Puede decirse, sin duda, que Ella es la personificación más alta de Israel.2
La inolvidable Bula Ineffabilis Deus, que proclamó la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María, reafirma que la Madre de Dios «aplastó la osadía de la engañosa serpiente levantó maravillosamente la esperanza de nuestro linaje». «Con este divino oráculo - continúa el Bienaventurado Pío IX - fue de antemano designado clara y patentemente el misericordioso Redentor del humano linaje, es decir, el unigénito Hijo de Dios Cristo Jesús, y designada la santísima Madre, la Virgen María. (...) Así como Cristo, mediador de Dios y de los hombres, asumida la naturaleza humana, borrando la escritura del decreto que nos era contrario, lo clavó triunfante en la cruz, así la Santísima Virgen, unida a Él con apretadísimo e indisoluble vínculo hostigando con Él y por Él eternamente a la venenosa serpiente, y de la misma triunfando en toda la línea, trituró su cabeza con el pie inmaculado».3
1 cf. JUAN PABLO II, La Virgen María, Ediciones Palabra, S.A., Madrid, España, 1988, p. 45
2 cf. R. LAURENTIN, Structure et Théologie de Luc I-II, París, France, 1957, p.15O.
3 cf. PIO IX, Bula Innefabilis Deus, Epístola apostólica del 8 de diciembre de 1854 Sobre la Inmaculada Concepción.

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