La fuerza y la alegría del cristiano


San Ammonas (monge del Siglo IV)

     Si alguien ama al Señor con todo su corazón y con toda su alma (Dt 6,5; Mt 22,37), y permanece en el temor con toda su fuerza[10], el temor le engendrar las l grimas, y las l grimas le traer n la alegría. La alegría engendrar la fuerza y, por ella, el alma dar frutos en todo. Y Dios, viendo que su fruto es tan hermoso, lo recibe como un perfume agradable. En todas estas cosas Dios se regocijar en ella =el alma con sus ángeles[11]; y le dar un guardián que la custodiar en todos sus caminos (Sal 90,11) para conducirla al lugar del reposo[12], de modo que Satán s no domine sobre ella. 
     Porque cuando el diablo ve al guardián, es decir la fuerza que está alrededor del alma, huye y no se atreve a aproximarse al hombre, temiendo la fuerza que está alrededor de él. A causa de esto, muy amados en el Señor, ustedes, a quienes ama mi alma, yo sé que son amigos de Dios. Adquieran, por tanto, esta fuerza para ustedes mismos, de modo que Satán s les tema y puedan obrar sabiamente en todas sus acciones. Así la dulzura de la gracia vendrá sobre ustedes y aumentar su fruto[13]. Porque la dulzura de la gracia espiritual es más dulce que la miel y que el panal de miel (Sal 18,11), y pocos[14] monjes y vírgenes han conocido esta gran dulzura de la gracia[15], excepto algunos pocos en ciertos lugares, porque no han recibido la fuerza divina[16]. No han cultivado esa fuerza, y por eso el Señor no se las ha dado; pues a todos los que la cultivan, Dios se las da. Dios no hace acepción de personas (Hch 10,34), sino que Él la da en todas las generaciones a quienes la cultivan.
     Ahora, queridísimos, yo sé que ustedes son amigos de Dios y que, desde el momento en que llegaron a este trabajo =la vida monástica, aman a Dios con todo su corazón, a causa de la sinceridad de sus corazones. Adquieran, entonces, esa fuerza divina, para que pasen toda su vida en la libertad, el gozo y la alegría[17], para que la obra de Dios[18] les resulte fácil. Y esa fuerza que le es dada al hombre aquí abajo, lo conducir al reposo, hasta que haya sobrepasado todas las potencias del aire (Efe 2,2). Puesto que hay en el aire potencias que obstaculizan el camino a los hombres y no quieren dejarlos que suban hacia Dios[19]. Por tanto, ahora oremos a Dios insistentemente, para que esas potencias no nos impidan subir hacia Dios, pues en tanto que los justos tienen la fuerza divina con ellos, nadie puede obstaculizarlos. 
     He aquí como cultivarla[20], hasta que esa fuerza habite en el hombre: que desprecie todos los ultrajes y los honores humanos, que odie todas las ventajas de este mundo que se consideran como preciosas[21] y todos los placeres del cuerpo, que purifique su corazón de todo pensamiento impuro y de toda la sabiduría vacua de este mundo, y que pida (la fuerza) día y noche, con l grimas y ayuno. Y Dios, que es bueno, no tardar en dárselas, y cuando se las haya dado, ustedes pasar n todo el tiempo de su vida en el reposo y la facilidad; encontrar n libertad delante de Dios y Él les conceder todas sus peticiones, como está escrito (Sal 36,4; Mt 21,22)[22].
     Hay muchas otras cosas que quisiera escribirles, pero esto poco lo he escrito por causa del gran amor que tengo por ustedes. De todo corazón, pórtense bien en el Señor, honorables hermanos, amigos de Dios[23].

Notas, 2ª Carta
[9] Se conserva en sirio (nro. 2), georgiano (con el nro. 1), griego (con el nro. 2) y árabe (con el nro. 9).
[10] Sirio y árabe: "Y con toda su fuerza adquiere el temor".
[11] Cf. Lc 15,10; Antonio, Epístola 3,1.
[12] El sirio dice: "Hasta que se haya introducido en el lugar de la vida". El comienzo de esta carta se conserva en copto, en una colección de Apotegmas: Annales du Musée Guimet, t. 25, p. 25 (Lettres, p. 19, nota 2).
[13] Sirio: "La dulzura de Dios, en la medida que le sea posible, producir fuerza en ustedes". Griego: "Para que la dulzura de la gracia progrese y aumente su fruto".
[14] Griego: "La mayoría".
[15] Sirio: "Dulzura de la divinidad"; árabe: "Dulzura del amor divino".
[16] Griego: "Porque no han recibido la fuerza celestial".
[17] Sirio: "Para que puedan trabajar en todo tiempo con facilidad y alegría". El griego omite "gozo y alegría".
[18] Sirio: "Toda la obra de Dios".
[19] Cf. Atanasio de Alejandría, Vida de Antonio 65.
[20] Sirio: "El efecto de la obra divina"; georgiano: "Sus obras".
[21] "Que se consideran como preciosas", omiten siríaco y árabe.
[22] El griego sigue con la carta 3, que es la 4 del siríaco.
[23] "Honorables hermanos, amigos de Dios", es la lección del georgiano; sirio: "En toda obra de amor de Dios".
Fuente: Mercaba.org

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