Pensamiento para la Cuaresma


La Imitación de Cristo
Capítulo 21
La Compunción del corazón

          No te ocupes de las cosas de los demás, ni te entrometas en los asuntos de los Superiores. Ten siempre la mirada sobre ti mismo primero, y amonéstate a ti mismo de manera especial entre todos aquellos que amas. Si no gozas del favor de la gente, no te pongas triste por eso; pero te sea difícil de soportar el hecho de que no te comportas bien con la prudencia con la que conviene que vivan un servidor de Dios y un devoto religioso. 
          A menudo es más útil y más seguro que el hombre en esta vida no tenga muchas consolaciones, principalmente terrenales. Sin embargo, sino tenemos las divinas o si muy rara vez las gustamos, nosotros tenemos la culpa,  porque no buscamos la compunción del corazón, ni echamos del todo las vanas consolaciones de afuera. 

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