Bento XVI: La Iglesia precisa de una saludable, vigorosa y competente reflexión teológica


Gaudium Press
Ciudad del Vaticano (Viernes, 02-12-2011, Gaudium Press) 
La reflexión teológica de hoy debe ser "competente y fiel", "saludable y vigorosa" para difundir el "misterio del Dios de Jesucristo y de su Iglesia". Esta fue la lección del teólogo ofrecida hoy de mañana por el Papa Ratzinger a los participantes de la anual Sesión Plenaria de la Comisión Teológica Internacional. En los trabajos la reflexión se dio sobre tres temas: la cuestión metodológica en la teología de hoy; la comprensión del monoteísmo y el significado de la Doctrina social de la Iglesia.
Benedicto XVI habló en su discurso del fundamento espiritual de la misión de un teólogo. "Todo teólogo -dijo- es llamado a ser un hombre del adviento, testigo de la espera vigilante, que ilumina los caminos de la inteligencia de la Palabra que se hizo carne".
Esto no es un deber "secundario" ni para los fieles ni para los teólogos, que son llamados a "restituir la feliz y cristalina evidencia al impacto sobre nuestra comunidad de la Revelación trinitaria" y a "testimoniar que el monoteísmo trinitario nos muestra el verdadero Rostro de Dios y este monoteísmo no es fuente de violencia, sino es fuerza de paz personal y universal". Un deber todavía más importante en este mundo lleno de conflictos étnicos y religiosos. El Papa afirmó la necesidad del aspecto personal de la reflexión teológica, que debe partir de la oración y la escucha de la Palabra de Dios.
Otro aspecto importante del papel que ejerce la teología, también hoy, es la presencia en el campo académico. De hecho, fue la teología que dio el impulso en la historia al nacimiento de la universidad. Por eso, "hoy también es más que necesario, para tornar posible una sinfonía de las ciencias y para evitar los desvíos violentos de una religiosidad que se opone a la razón y de una razón que se opone a la religión".
Para conservar la Doctrina católica, "la Iglesia necesita de la competente y fiel reflexión de los teólogos sobre el misterio del Dios de Jesucristo y de su Iglesia. Sin una saludable y vigorosa reflexión teológica, la Iglesia correría el riesgo de no expresar plenamente la armonía entre fe y razón. Al mismo tiempo, sin la fiel experiencia de vida de la comunión con la Iglesia y la adhesión a su Magisterio, cual espacio vital de la propia existencia, la teología no conseguiría dar una adecuada razón del don de la fe".

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