Las condiciones para que la oración sea infalible
Afirma
un célebre comentarista de Santo Tomás que “la oración, revestida de las
debidas condiciones, obtiene infaliblemente aquello que se pide, en virtud de
la promesa hecha por Dios”[1].
Ahora
bien, ¿cuáles son las “debidas condiciones”?
Tomás de Aquino[2] señala cuatro: que la
persona pida para ella misma, cosas necesarias a la salvación de su alma, con
devoción y perseverancia. Hagamos una pausa en el análisis de la segunda
condición. Si un niño pide a un bueno padre alguna cosa que puede perjudicar a
su salud, comprometer su futuro o poner en peligro su vida, seguramente no será
atendido. Del mismo modo actúa Dios con nosotros. Él escucha siempre nuestra
oración, sí, pero teniendo presente nuestro bien supremo: la salvación eterna.
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